La fiebre del cobre llega a Cachanía Continua en la historia Desliza a la izquierda para continuar Ni siquiera el arribo de los misioneros jesuitas a finales del siglo XVII en la región, provocó una transformación tan intensa en Santa Rosalía como el establecimiento de la compañía francesa El Boleo en 1885. Te contamos cómo este suceso cambió para siempre la identidad de la ciudad. Esta historia inicia con José Rosas Villavicencio, un hacendado que a mediados del siglo XIX, encontró formaciones esféricas de color verde azulado, en una región despoblada de la Baja California Sur y tomó unas muestras. Más tarde, con indicaciones de Rosas, dos alemanes hicieron una prospección geofísica en el lugar, descubriendo que era un yacimiento de cobre. A partir de 1868, la mina sería explotada y dos años después, exportaba a Inglaterra el mineral. El cobre mexicano llamó la atención de la prominente familia francesa Rothschild. Por ello, dos geólogos serían financiados por los galos para visitar la región y determinar el potencial de la mina. Los inicios de la mina El Boleo La mina prometía ser un gran negocio para los franceses, por lo que en 1885 obtuvieron del entonces presidente de México, Porfirio Díaz, una concesión para explotarla por 50 años en un extenso territorio, que iba desde Santa Rosalía hasta Mulegé. Así, se establecía en la región, la Compagnie du Boleo o Compañía El Boleo, que para lograr su cometido, debía fundar una colonia minera con casas, talleres, laboratorios, campamentos para los trabajadores y hasta ferrocarril. Esa colonia después sería bautizada como Santa Rosalía y se afianzaría muy cerca de la mina de cobre. Se forma una comunidad pluricultural Tanto los directivos como los técnicos galos edificaron muchos inmuebles, viviendas, una escuela y hospital; un muelle y las oficinas generales de la compañía, con un estilo francés en lo que hoy es el Centro Histórico de Santa Rosalía. Sin embargo, los trabajadores de la mina fueron ubicados en campamentos a las afueras de la localidad. Ahí llegaron yaquis y yoremes de Sonora; también habitantes de Sinaloa; y del estado, migraron desde San Ignacio y Mulegé. ¿Por qué llamaron a la mina El Boleo? Hay dos teorías, la primera es que el nombre hace referencia a la boleita: un mineral descubierto en la región. La segunda hipótesis dice que El Boleo se refería a un conjunto de bolas, pues el mineral de cobre aparecía en la tierra con una forma esférica. 100 toneladas diarias Cinco años después, en 1890, Santa Rosalía ya contaba con 38 kilómetros de vías de ferrocarril, 5 locomotoras, 118 vagonetas para transportar el mineral y carbón; 11 plataformas; 7 tanques de agua y un vagón de pasajeros. Igualmente, disponía de la última tecnología minera: seis hornos de fundición capaces de procesar 100 toneladas diarias del mineral. La mina El Boleo fue tan productiva, que rivalizó con su homónima localizada en Cananea, Sonora, para obtener el primer lugar en producción de cobre del país. Asimismo, se calcula que entre 1900 y 1922, produjo entre 11,000 y 14,000 toneladas anuales del preciado mineral. La prosperidad se agota En 1938, la extracción de cobre decae pero inicia la explotación de manganeso, lo que dio vida a El Boleo por 16 años más. No obstante, en 1954, la compañía considera agotados los yacimientos y cierra sus operaciones en México, provocando un éxodo de familias hacia Sonora y Baja California Norte. Finalmente, las autoridades mexicanas crean una empresa paraestatal que continuó explotando la mina hasta 1985, fecha en la que se extingue y liquida a más de 500 trabajadores. Santa Rosalía enfrentaba el reto de reinventarse y su pasado minero sería de gran ayuda para lograr su cometido. También en esta ediciónIn this edition La parroquia de Santa Bárbara Doncella, orgullo cachaniense Artesanías cachanienses, expresividad que agasaja los sentidos Panadería El Boleo, un dulce recorrido por la historia de Santa Rosalía Más que un expendio de pan, hoy El Boleo es un símbolo de la ciudad; visita obligada y probablemente, la panadería más famosa de Baja California Sur. Esta es su historia. Joya sudcaliforniana con corazón francés Semana Santa en Santa Rosalía, el fervor de un pueblo centenario Museo de Historia de la Minería, al rescate de un pasado glorioso Paraíso marino para vivir al máximo el ecoturismo Tres siglos de historia entre muros de piedra Un espacio rebosante de vida cultural Santa Rosalía, los sabores de un Pueblo Mágico
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