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Tres siglos de historia entre muros de piedra

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La Misión de Santa Rosalía, ubicada en el municipio de Mulegé, aunque austera, muestra la resistencia de los muleginos y en especial de los cachanías, cuyo lema es El pueblo que se negó a morir. 

Te contamos la crónica de supervivencia de este monumento, testigo mudo de la historia sudcaliforniana.

Las misiones españolas en Baja California Sur iniciaron a finales del siglo XVII con el liderazgo del padre Juan María Salvatierra, quien, con un grupo de jesuitas, fundó en 1697, la Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó; asumiendo la difícil labor de evangelizar a los pueblos originarios del sur de la península.

De los 18 asentamientos religiosos que se construyeron en el estado, solo diez continúan en pie y la mayoría ofrece aún servicios religiosos. ¡Vale la pena visitarlos!

 

La misión establecida en Caaman Cagaleja

Podemos decir que el éxito de la mayoría de las misiones se debe en parte al apoyo que los sacerdotes recibieron de los habitantes naturales de la zona, quienes compartieron con ellos la ubicación de los sitios donde había agua y otros recursos naturales.

En el caso de la Misión Santa Rosalía de Mulegé, cuenta la leyenda que los religiosos, al llegar al lugar, se toparon con los cochimíes, nativos de la región, quienes les contaron que llamaban al lugar Caaman Cagaleja, voz que significa Río entre rocas.

Posterior a este suceso, en 1705, el padre Juan Manuel Basaldúa regresaría al sitio, donde fundaría el asentamiento misional, auspiciado por el marqués de Villapuente.

Colocación de la primera piedra

Las estructuras iniciales de las misiones se levantaban en adobe y con el paso de los años este material era sustituido por piedra. Así sucedió con la Misión de Santa Rosalía de Mulegé; aunque sería hasta 1766 que concluiría la colocación de piedra. 

Si visitas el lugar, encontrarás una extensa planta rectangular con una bóveda de cañón en piedra; además, una modesta torre de campanario y muros de mampostería de piedra aparente, colocados en alguna de las restauraciones del edificio. 

Que no te engañe su fachada austera, la misión cuenta una historia de resiliencia, de quienes la construyeron y después la preservaron.

Siglo XIX: el abandono de las misiones

Dos razones de peso provocaron el desamparo de varias de las misiones construidas en la región: la primera fueron las epidemias que llegaron con los misioneros a la península, diezmando dramáticamente a la población nativa.

Seguidamente, las construcciones religiosas, la mayoría de adobe, sufrieron múltiples inundaciones, muy comunes en la región, que provocaron su ruina.

En el caso de la Misión de Santa Rosalía de Mulegé, ésta fue abandonada en 1828 principalmente por dos acontecimientos: una inundación en 1771 y luego la epidemia de peste, que dejó en el año de 1800 menos de 100 habitantes en la zona.


El templo (y la fe) restaurados

Con el afincamiento de la compañía minera El Boleo en Santa Rosalía a finales del siglo XIX, y su consolidación en el siglo XX, la población en el municipio de Mulegé aumentó en forma significativa; lo que prácticamente salvó del olvido a la vieja misión.

Se sabe que el edificio de piedra ha sido restaurado en diferentes ocasiones. De hecho, en 1973, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rehabilitó su fachada, conservando la sobriedad con la que fue diseñada.

Un legado histórico que pervive

En la actualidad, más y más visitantes nacionales y extranjeros se interesan por descubrir estos monumentos. Por ello, fue creado el Programa Ruta de las Misiones, el cual recorre los principales asentamientos religiosos de la región. 

Si planeas una visita a la Francia sudcaliforniana, te invitamos a explorar la Misión de Santa Rosalía de Mulegé, ubicada a unos 60 kilómetros de la ciudad. 

Desde su mirador, podrás contemplar, de un lado, el desierto infinito; y por el otro, el verdor de las palmeras datileras meciéndose con la brisa del mar de Cortés. ¡Una vista inolvidable!

Ubicación

Carretera Transpeninsular, El Rebaje, Heroica Mulegé, B.C.S.
Horario de visita: de 8:00 a 19:00 horas, de lunes a domingo.

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